A lo largo de quince años, el narrador pasa por distintas etapas, algunas bastante desfasadas. El cinismo pragmático con que se toma las cosas le molestará a más de una personita de piel sensible. El aviso está hecho, este relato nunca se recomendará en la Secundaria, por varios motivos que no tienen nada que ver con su calidad literaria, la cual tampoco le ayudaría en una hipotética selección de títulos.
Decidí llamar a Elena para celebrarlo. Nunca se debe follar con putas de las que uno se pueda enamorar y ella era muy habilidosa en la cama, pero tenía cero en conversación, con lo que no había peligro en ese sentido. Marqué su número y la encontré libre para recibirme en su apartamento con vistas al Atlántico.
Al llegar a casa me quedaban noventa y pocas mil pesetillas que no tenía el día anterior y había pasado un día fenomenal, como Nuno. Pero si el viernes había sido redondo, el sábado fue un polígono irregular de aristas afiladas y vértices punzantes.
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