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Fragmentos del documental (20)

La pelea contra el déficit de atención está siendo titánica, jamás pensé que podría llegar a este nivel de dispersión. Lo arreglo descomponiendo las páginas en párrafos y los párrafos en oraciones, pero muchas veces una frase que necesita arreglo me lleva horas, porque ahora lo que quede ya va a imprenta. 

Por suerte, el corrector me empuja. Despacio, pero me empuja. Ya tenemos 400 páginas listas, sólo tengo que volcar sus notas en el texto y eso aún lo puedo hacer pensando en las musarañas. Detrás van 170, sólo 170 más. 


Después del "leer más" puse una de las páginas que más me costaron dejar atrás. Las despedidas siempre se me dieron fatal. 

El making-off (7). Descubriendo nuevas formas de ansiedad

En 2009 y 2010 sufrí un estado de estrés continuado, en el que era humanamente imposible cumplir con toda la carga de trabajo.  Ese estado genera una ansiedad que se va acumulando hasta que un día petas. Durante el colapso me acerqué a las técnicas de respiración y a la meditación para combatir esa ansiedad. 

Tras el colapso, cuando me reincorporé, le imprimí a las cosas un ritmo que pudiera llevar sin angustias, muy alejado del que nos requerían. Ante la imposibilidad de realizar todas las tareas encomendadas, me negué a realizar las menos productivas. Algunas de ellas las podría haber hecho un chimpancé, pero no nos pusieron un assistant primate.  Me despidieron a los seis meses. Con un suculento cheque, eso sí.


El Making-off (1)

Escribí el primer párrafo de Un documental de cebras en enero de 2008. A lo largo de ese mes terminé de contar la anécdota que dio origen a la novela (Si alguien no leyó la entrada, puede hacerlo desde aquí). Estaba bien para un libro de relatos cortos, pero tenía el problema que un libro de relatos requiere de varios de ellos. Como todo lo que se me iba ocurriendo estaba relacionado con el primero, me dediqué a compilar notas y más notas con ideas, anécdotas de bar que me apropié, avisando a quien me la contara de que la iba a fusilar en una novela.

Fragmentos del documental (3)

Meterte campo a través, corriendo por el monte puede resultar un desastre para tus piernas. El hambre y los arañazos no son muy compatibles.


Fragmentos del documental (2)

Un domingo por la tarde puede ser un espacio de tiempo horrible, dependiendo de como haya ido el sábado por la noche. Si añades el viernes, el asunto se puede volver tragedia. En el fragmento de hoy, nuestro protagonista  está pasando por una tarde de esas.


Fragmentos del documental (1)

La introducción del relato es toda una declaración de principios y explica por donde irán los tiros. Literal y metafóricamente. Para que no sea demasiado spoiler, hemos puesto los primeros párrafos. Para verlos, sólo hay que darle al leer más de debajo de la foto.

Consejos para escritores novatos (1)

Un experto es alguien que ha cometido todos los errores posibles en un campo o materia. La búsqueda de la excelencia conlleva eso, constantes equivocaciones que cuestan tiempo y dinero. La perseverancia en la práctica es lo que, al final, te convierte en maestro para poder sentar cátedra (hay algunas excepciones; el suicidio, por ejemplo). Aún estando a años luz de la maestría como escritor, ya he cometido unos cuantos errores que puedo contar, para que otros que quieran embarcarse en la aventura de escribir un libro no caigan en ellos. Por eso encontrarán pocos consejos en positivo, "Haz..." y si bastantes disuasiones; "No hagas...". Todas serán por experiencia propia.

El origen del documental

la semilla de Un documental de cebras la plantó mi estimadísimo Toni Guirado (DEP), las Navidades de 2008 o 2009, no podría precisar con exactitud. Recordábamos una peripecia que vivimos y todas las circunstancias que la originaron, la envolvieron y le sucedieron y pronunció las palabras mágicas; "Tú que escribes bien -sic- deberías escribir un libro contándola". Aparte de que no habría dado más que para un relato corto, quince o veinte páginas, sé que no escribo bien, mi estilo es demasiado heterodoxo como para llamarle ni siquiera "estilo". Pero me animé porque a algunas personas les gusta la forma que tengo de contar las cosas, aunque el paso de hacerlo de viva voz a ponerla con letras, palabras, frases y párrafos no tiene nada que ver.  Igual por eso me ha llevado 12 años darle forma.

Sinopsis de "Un documental de cebras"

Las probabilidades de que  el Avó y Armando entablaran una conversación más allá de una mesa de billar americano eran cercanas a cero, pero la vida tiene curiosos giros para desmontar esa ley de probabilidades y ambos terminarán entablando una profunda amistad.  Nuno, acuciado por las deudas, decide meterse en el tráfico de cocaína y,  al igual que cuando era panadero, su obsesión pasará por ofrecer el mejor producto a sus clientes.  Armando, el narrador de estos diez años de su vida,  parece tener un imán que le arrastra al lado oscuro de la vida. Cuando transita por él es cuando mejor le salen las cosas y cada vez que intenta llevar una vida normal, según los cánones tradicionales, todo se vuelve en su contra para que acabe cruzando esa difusa frontera que hay entre la nieve rusa y la finlandesa.  Si se dan las circunstancias adecuadas, cualquier persona es capaz de hacer lo impensable.   

La vida se presenta en muchos colores y Un documental de cebras contiene todas las tonalidades de la paleta. Es una novela negra como el alma de algunos de sus protagonistas;  como el abismo  al que se asoma constantemente el narrador, como la noche, cómplice de tantos actos ocultos a la vista del resto de los mortales.  Es blanca, porque blanco es el color de la cocaína y del alma de los espíritus puros y de los guerreros de luz. Es amarilla chisme y amarilla exceso, el que provoca la ictericia que tiñe las córneas de aquellos cuyo hígado está en constante sobresfuerzo.  Algunas páginas se tintan del rojo carmín de los besos alquilados y otras de la sangre escarlata que derraman los culpables que pagan pecados y los inocentes que estaban en un lugar equivocado.  La novel se mancha del escarlata de la vergüenza y del carmesí de los balances en rojo que empujan al precipicio. Tiene su lado rosado, porque rosa es el amor, la energía más poderosa del universo, y del amaranto al coral fluctúa el sexo que mueve el mundo. Es verde como el tapete de los billares y el que se usa en las partidas de cartas, como los paisajes de Galicia y la esperanza, porque sin esperanza sólo te queda el suicidio.

Pero si un sólo color tiene que definir el relato, ese es el gris: el ceniciento de la pólvora, el metalizado de cuchillos, el plomizo de los días del invierno gallego, el antracita de las horas sin día y sin luna, todos se funden en uno, el que define el futuro de la mayoría de los personajes: un gris muy oscuro.