Sobre el tema de los plazos de entrega de la imprenta hay para escribir un cuento de terror. Pero, bueno, finalmente han llegado, así que mejor olvidaremos las dos últimas semanas. Porque, si le doy muchas vueltas, termina ardiendo una nave dedicada a las artes gráficas.
Ahora toca comprobar el porcentaje de "resérvame uno" serios. 😉
Los gatos, por su parte, han entendido la importancia del tesoro que acabamos de recibir y lo están custodiando desde el minuto uno, atentos a cualquier depredador de libros que pueda aparecer.
Atentos, un rato. Porque la siesta es la siesta, oiga.
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