la semilla de Un documental de cebras la plantó mi estimadísimo Toni Guirado (DEP), las Navidades de 2008 o 2009, no podría precisar con exactitud. Recordábamos una peripecia que vivimos y todas las circunstancias que la originaron, la envolvieron y le sucedieron y pronunció las palabras mágicas; "Tú que escribes bien -sic- deberías escribir un libro contándola". Aparte de que no habría dado más que para un relato corto, quince o veinte páginas, sé que no escribo bien, mi estilo es demasiado heterodoxo como para llamarle ni siquiera "estilo". Pero me animé porque a algunas personas les gusta la forma que tengo de contar las cosas, aunque el paso de hacerlo de viva voz a ponerla con letras, palabras, frases y párrafos no tiene nada que ver. Igual por eso me ha llevado 12 años darle forma.
Empecé a escribirla ese mismo enero, para darme cuenta que se quedaba en poca cosa. Podía valer como relato de un libro de cortos, pero eso me obligaba a imaginar una decena de situaciones contables más y eso tenía mucha tela para mis capacidades. Era más fácil adornar y alargar la historia original, así que, alrededor de ese episodio, como una bola de nieve rodando por una ladera, se han ido pegando otras historias, anécdotas, leyendas, sucesos, memorias, incidentes, aventuras y desventuras diversas, rumores, situaciones moralmente complejas, algún testimonio, abundantes frases lapidarias sacadas de películas o series, bastantes peripecias y poca formalidad, muy poca, porque estamos aquí para entretener, nada más. Y nada menos, que no es tarea fácil.
Al final he montado un puzzle en el que ni yo mismo sabría decir que es es cierto y que no. Con absoluta certeza, nada sucedió exactamente como está contado y si ha salido de mi imaginación o me lo contó alguien en la barra de un bar y luego lo he adaptado, o le aconteció a un conocido y lo he aprovechado para meterlo en la trama, no podría asegurarlo. Algunas trolas se cuentan tantas veces que, al final, forman parte de la Historia. De todos modos... ¿Qué más da? Es sólo un cuento para distraer de sus preocupaciones a quien lo lea. Me he esforzado mucho en ello, sé lo que pesa un libro de esas características y lo doloroso que puede ser que alguien enfadado te golpee la cabeza con él.
Este blog se ha abierto para ir explicando cosicas del libro sin contar demasiado, se lo que duelen los spoilers. Contaremos anécdotas del making-off, alimentaremos leyendas, publicaremos extractos para que nadie se defraude con la manera de contar las cosas que tiene el documental y para advertir que no es un relato para menores y que muchos adultos podrán sentir sus principios cuestionados y ofendidos. La trama sucede en los noventa y el lenguaje de los noventa no era tan políticamente correcto como el que se exige ahora. Así, de paso, reivindico la manera de llamarle a las cosas como me salga de los cojones y limpiándome el culo con el reglamento de la dictadura de lo correcto desde el minuto uno. Para que luego no me vengan con ofendideces de parvulario.
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