Fragmentos del documental (3)

Meterte campo a través, corriendo por el monte puede resultar un desastre para tus piernas. El hambre y los arañazos no son muy compatibles.


Fragmentos del documental (2)

Un domingo por la tarde puede ser un espacio de tiempo horrible, dependiendo de como haya ido el sábado por la noche. Si añades el viernes, el asunto se puede volver tragedia. En el fragmento de hoy, nuestro protagonista  está pasando por una tarde de esas.


Fragmentos del documental (1)

La introducción del relato es toda una declaración de principios y explica por donde irán los tiros. Literal y metafóricamente. Para que no sea demasiado spoiler, hemos puesto los primeros párrafos. Para verlos, sólo hay que darle al leer más de debajo de la foto.

Consejos para escritores novatos (1)

Un experto es alguien que ha cometido todos los errores posibles en un campo o materia. La búsqueda de la excelencia conlleva eso, constantes equivocaciones que cuestan tiempo y dinero. La perseverancia en la práctica es lo que, al final, te convierte en maestro para poder sentar cátedra (hay algunas excepciones; el suicidio, por ejemplo). Aún estando a años luz de la maestría como escritor, ya he cometido unos cuantos errores que puedo contar, para que otros que quieran embarcarse en la aventura de escribir un libro no caigan en ellos. Por eso encontrarán pocos consejos en positivo, "Haz..." y si bastantes disuasiones; "No hagas...". Todas serán por experiencia propia.

El origen del documental

la semilla de Un documental de cebras la plantó mi estimadísimo Toni Guirado (DEP), las Navidades de 2008 o 2009, no podría precisar con exactitud. Recordábamos una peripecia que vivimos y todas las circunstancias que la originaron, la envolvieron y le sucedieron y pronunció las palabras mágicas; "Tú que escribes bien -sic- deberías escribir un libro contándola". Aparte de que no habría dado más que para un relato corto, quince o veinte páginas, sé que no escribo bien, mi estilo es demasiado heterodoxo como para llamarle ni siquiera "estilo". Pero me animé porque a algunas personas les gusta la forma que tengo de contar las cosas, aunque el paso de hacerlo de viva voz a ponerla con letras, palabras, frases y párrafos no tiene nada que ver.  Igual por eso me ha llevado 12 años darle forma.

Calentando motores

Estamos en la segunda corrección del texto.  A partir del 26 de abril iremos publicando un fragmento diario sobre el relato, mientras terminamos de tachar palabrotas -sólo algunas- y poner puntos y guiones, con el fin de que la mancha de texto no haga sangrar los ojos de quien lo lea. Que la sangre no impida la lectura. A lo sumo, que salpique nivel estigma.

Sinopsis de "Un documental de cebras"

Las probabilidades de que  el Avó y Armando entablaran una conversación más allá de una mesa de billar americano eran cercanas a cero, pero la vida tiene curiosos giros para desmontar esa ley de probabilidades y ambos terminarán entablando una profunda amistad.  Nuno, acuciado por las deudas, decide meterse en el tráfico de cocaína y,  al igual que cuando era panadero, su obsesión pasará por ofrecer el mejor producto a sus clientes.  Armando, el narrador de estos diez años de su vida,  parece tener un imán que le arrastra al lado oscuro de la vida. Cuando transita por él es cuando mejor le salen las cosas y cada vez que intenta llevar una vida normal, según los cánones tradicionales, todo se vuelve en su contra para que acabe cruzando esa difusa frontera que hay entre la nieve rusa y la finlandesa.  Si se dan las circunstancias adecuadas, cualquier persona es capaz de hacer lo impensable.   

La vida se presenta en muchos colores y Un documental de cebras contiene todas las tonalidades de la paleta. Es una novela negra como el alma de algunos de sus protagonistas;  como el abismo  al que se asoma constantemente el narrador, como la noche, cómplice de tantos actos ocultos a la vista del resto de los mortales.  Es blanca, porque blanco es el color de la cocaína y del alma de los espíritus puros y de los guerreros de luz. Es amarilla chisme y amarilla exceso, el que provoca la ictericia que tiñe las córneas de aquellos cuyo hígado está en constante sobresfuerzo.  Algunas páginas se tintan del rojo carmín de los besos alquilados y otras de la sangre escarlata que derraman los culpables que pagan pecados y los inocentes que estaban en un lugar equivocado.  La novel se mancha del escarlata de la vergüenza y del carmesí de los balances en rojo que empujan al precipicio. Tiene su lado rosado, porque rosa es el amor, la energía más poderosa del universo, y del amaranto al coral fluctúa el sexo que mueve el mundo. Es verde como el tapete de los billares y el que se usa en las partidas de cartas, como los paisajes de Galicia y la esperanza, porque sin esperanza sólo te queda el suicidio.

Pero si un sólo color tiene que definir el relato, ese es el gris: el ceniciento de la pólvora, el metalizado de cuchillos, el plomizo de los días del invierno gallego, el antracita de las horas sin día y sin luna, todos se funden en uno, el que define el futuro de la mayoría de los personajes: un gris muy oscuro.