Alguien me sugiere que publicando párrafos de la novela puedo quitar las ganas de leerla. Un dato; el segundo borrador tiene 3780 párrafos y adelantaré unos 30, la mayoría circunstanciales o descriptivos. Quedan 3.750 por desvelar y la publicación es completamente al azar, con lo que ordenarlos cronológicamente es imposible. La intención es despertar la curiosidad por hilarlos y por saber que sucede entre ellos.
Por otro lado, el estilo empleado en la narración no es muy ortodoxo y puede molestar el cinismo con el que se cuentan algunas situaciones. En general, no soy delicado y muchas veces utilizo un lenguaje que hoy día se considera incorrecto. La mayor parte de la historia sucede en un barrio humilde, en los años noventa. Las formas en la comunicación no era una preocupación, allí y entonces.
Por ello, las almas delicadas pueden sufrir un impacto al bucear en el relato. Publicando estos párrafos les ahorro el mal trago y siempre podré decir que estaban avisadas, en caso de que sufran algún impacto emocional. Nadie les obliga a leer "Un documental de cebras" y se me ocurren cien planes mejores en los que emplear el tiempo libre.
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