La corrección por parte de la editorial está siendo menos fluida de lo esperado. He deshechado casi por completo el primer pack de sugerencias porque pretendía una deconstrucción que convertía el relato en una cosa distinta. Más amable, quizá, más asequible, es posible, pero que la desprovee de su esencia.
No sé si se entenderá, no sé si gustará, y no sé si tendrá éxito. No busco ninguna de esas tres cosas. Desde que escribí las primeras líneas han pasado quince años, así que he tenido tiempo para madurar la estructura y no voy a cambiarla ahora porque me lo diga una filóloga pretenciosa, lo siento.
El lenguaje es el que es, son los 90. Los personajes son los que son y sí, muchos son políticamente incorrectos. Si fueran de otro modo la historia no tendría sentido. Así que nos hemos puesto de nuevo a revisarla, esta vez con otra persona que parece que ha entendido mejor lo que pretendo. Me ha dicho que en 30 días me da su opinión. Bien, la espero sentado.