Los portugueses son gente muy agradable, pero el narrador no coincide con nosotros. De vez e cuando se le escapan algunos ramalazos de lusofobia. Nuestros vecinos le sabrán perdonar, aunque no pensamos que les importe demasiado. Ni al prota.
Los portugueses son gente muy agradable, pero el narrador no coincide con nosotros. De vez e cuando se le escapan algunos ramalazos de lusofobia. Nuestros vecinos le sabrán perdonar, aunque no pensamos que les importe demasiado. Ni al prota.
Escribí el primer párrafo de Un documental de cebras en enero de 2008. A lo largo de ese mes terminé de contar la anécdota que dio origen a la novela (Si alguien no leyó la entrada, puede hacerlo desde aquí). Estaba bien para un libro de relatos cortos, pero tenía el problema que un libro de relatos requiere de varios de ellos. Como todo lo que se me iba ocurriendo estaba relacionado con el primero, me dediqué a compilar notas y más notas con ideas, anécdotas de bar que me apropié, avisando a quien me la contara de que la iba a fusilar en una novela.
Meterte campo a través, corriendo por el monte puede resultar un desastre para tus piernas. El hambre y los arañazos no son muy compatibles.
La introducción del relato es toda una declaración de principios y explica por donde irán los tiros. Literal y metafóricamente. Para que no sea demasiado spoiler, hemos puesto los primeros párrafos. Para verlos, sólo hay que darle al leer más de debajo de la foto.
la semilla de Un documental de cebras la plantó mi estimadísimo Toni Guirado (DEP), las Navidades de 2008 o 2009, no podría precisar con exactitud. Recordábamos una peripecia que vivimos y todas las circunstancias que la originaron, la envolvieron y le sucedieron y pronunció las palabras mágicas; "Tú que escribes bien -sic- deberías escribir un libro contándola". Aparte de que no habría dado más que para un relato corto, quince o veinte páginas, sé que no escribo bien, mi estilo es demasiado heterodoxo como para llamarle ni siquiera "estilo". Pero me animé porque a algunas personas les gusta la forma que tengo de contar las cosas, aunque el paso de hacerlo de viva voz a ponerla con letras, palabras, frases y párrafos no tiene nada que ver. Igual por eso me ha llevado 12 años darle forma.