La novela contiene decenas de referencias musicales, casi una banda sonora de la que haremos una playlist en Spotify. Esto era arriesgado porque hay gente a la que la música se la chufla o se la va a chuflar la que escogí, que es la que
a mí me gusta y no es mayoritaria. Siempre pueden ignorarlas, el relato no se resentirá por ello. Pero hacer inmersión en ellas enriquece las escenas y hay algunas que son pura música, hay tres capítulos que pivotan alrededor de un concierto de
The Waterboys y tres más que suceden en un FIB (Festival Internacional de Benicàssim). Si alguien siente curiosidad por el tipo de música que escucho, se puede pasar por el
blog de las sesiones o por mi
Mixcloud, aunque lo del FIB es buena pista.
En el leer más pegué el inicio de un capítulo en el que hay una boda. Las letras que están en inglés van traducidas al final de cada capítulo, espero que los autores sepan perdonarme.