Fragmentos del documental (13)

Ya dejé atrás la página 300. Hay buenas noticias y es que parece que no va a estar listo para Navidad, así os libráis de la chapa de comprarlo y, sí, de leerlo. Después de "leer más" hay otro pedacito random.


Fragmentos del documental (12)

Parte de la trama acontece entre billares y el lector se encontrará con la narración de algunos torneos. No es que sean imprescindibles para la enjundia de la historia, pero ayudan a completar las sensaciones del narrador.



El making-off (7). Descubriendo nuevas formas de ansiedad

En 2009 y 2010 sufrí un estado de estrés continuado, en el que era humanamente imposible cumplir con toda la carga de trabajo.  Ese estado genera una ansiedad que se va acumulando hasta que un día petas. Durante el colapso me acerqué a las técnicas de respiración y a la meditación para combatir esa ansiedad. 

Tras el colapso, cuando me reincorporé, le imprimí a las cosas un ritmo que pudiera llevar sin angustias, muy alejado del que nos requerían. Ante la imposibilidad de realizar todas las tareas encomendadas, me negué a realizar las menos productivas. Algunas de ellas las podría haber hecho un chimpancé, pero no nos pusieron un assistant primate.  Me despidieron a los seis meses. Con un suculento cheque, eso sí.


El making-off (6). Estados alterados de conciencia: la inspiración.

Siempre me interesaron los estados alterados de la conciencia porque en ellos se abren puertas y ventanas a dimensiones que normalmente permanecen ocultas, fuera de nuestro alcance. Todos hemos pasado por ello, ya sea por una fiebre alta, una canción que nos transporta o mediante el uso de drogas. En mayor o menor medida, bajo esa influencia obtenemos perspectivas a las que normalmente no tenemos acceso. Lo que más me interesó siempre de esos estados es el mecanismo por el que se producen: si sabes como funciona algo, entonces puedes manejarlo a tu antojo.

El saber popular le llama "inspiración", está aceptado que existe y los más grandes artistas tenían más acceso a esas dimensiones paralelas que el resto de personas, aunque ninguno podía, por sí mismo, provocarlos. Picasso ya dijo que él aprovechaba la inspiración porque ésta siempre le pillaba trabajando; en ese sentido era un workaholic de manual y es sabido que descartó la inmensa mayoría de su trabajo y que tiene centenares de bocetos empezados, esperando que apareciera la inspiración para terminarlos.


Fragmentos del documental (11)

Sigo con un ritmo por debajo de lo deseado. Confío en que el relato necesite menos trabajo de corrección conforme nos acerquemos al final, porque la proyección del ritmo actual nos da el 20 de diciembre como fecha de mandarlo a imprimir (lo vamos maquetando conforme vamos cerrando capítulos) y así no lo tendríamos en las manos por Navidad, que es lo deseado.

En el fragmento de hoy se muestra uno de los recursos que más costó definir como solucionar. El narrador y coprotagonista del relato suele pensar frases que no pronuncia, algo que hacemos todos habitualmente por prudencia, pero en su mente también habita un ente pensante que él no reconoce como propio y que interviene ocasionalmente para dar su opinión, que suele llevar una carga de ironía muy alta, pisando el terreno del sarcasmo muchas veces.

La idea fantástica para distinguir sus intervenciones habría sido utilizar otro color, como en "La historia interminable" de Michael Ende, pero disparaba los costes de impresión. Los pensamientos del narrador irán en cursiva, un recurso habitual y resolvimos utilizar otra tipografía para esa voz, la puritan (la que usamos en este blog).  El relato se imprimirá en Trebuchet MS, en 10,5 puntos y la puritan a ese tamaño aún conserva personalidad y nos gustó. El fragmento de hoy, en cuanto a tipografías,  va al revés que en el relato final.

En los párrafos que siguen también hay escondida parte de la letra de una canción. Hay centenares de referencias musicales a lo largo del relato. Algunas serán muy evidentes, con el título y el autor, pero muchas otras quedarán camufladas en la narración.  Encontrarlas puede ser un aliciente adicional, aunque para nada imprescindible.  La historia se puede seguir sin necesidad de detectarlas porque no le resta ningún aspecto contextual.


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Fragmentos del documental (10)

Los dos párrafos hablan por sí solos. El millón largo de palabras de "Un documental de cebras" cuenta una historia, pero entre líneas se pueden encontrar cientos de ellas.

El Making -off (5)

Alguien me sugiere que publicando párrafos de la novela puedo quitar las ganas de leerla. Un dato; el segundo borrador tiene 3780 párrafos y adelantaré unos 30, la mayoría circunstanciales o descriptivos.  Quedan 3.750 por desvelar y la publicación es completamente al azar, con lo que ordenarlos cronológicamente es imposible. La intención es despertar la curiosidad por hilarlos y por saber que sucede entre ellos.


El making-off (4). La banda sonora

 El relato va acompañado de su propia banda sonora.  Cada capítulos empiezan con un fragmento de una canción, que guarda relación con algún pasaje del mismo. He osado traducir las que están en inglés y alemán, espero que los autores me perdonen.

También añado notas de la música que suena de fondo en algunos pasajes, del estilo "suena Ghost, de The Raveonettes". El relato se puede seguir perfectamente sin escuchar las canciones, ni siquiera prestarles atención, pero contextualizan un poco más la escena y enriquecen el conjunto. Creo. 

Fagmentos del documental (9)

El alcohol y el tiempo libre son una peligrosa combinación. En esta ocasión se les ocurre hacer un experimento de química a lo grande. El resultado del mismo está reservado al conocimiento de los que lean el texto final, pero el planteamiento queda expuesto a continuación.




El Making-off (3). La fase final

Si el día en que escribí la primera línea hubiera sabido el trabajo que me daría el puto relato, habría apagado el portátil y me habría ido al bar. Algunas de las mayores gestas de la humanidad se consiguieron porque sus autores no sabían que eran imposibles; las grandes utopías se consiguen así y algunas de pequeñas, como ésta, también.

Nunca me quise poner plazos, porque para marcarlos hay que conocer el coste de los procesos y no era mi caso. He preferido tardar más y que el resultado final se pareciese a lo que tenía en la cabeza. Será parecido, ahora sé que lo que pretendía hacer está reservado a escritores con talento o a redactores dispuestos a invertir  una cantidad de tiempo descomunal con la documentación, si no vas a poder ser muy metódico y organizado con el trabajo. Al menos, ya lo aprendí por si me decido a escribir la segunda y la tercera parte.

Fragmentos del documental (8)

A lo largo de quince años, el narrador pasa por distintas etapas, algunas bastante desfasadas. El cinismo pragmático con que se toma las cosas le molestará a más de una personita de piel sensible. El aviso está hecho, este relato nunca se recomendará en la Secundaria, por varios motivos que no tienen nada que ver con su calidad literaria, la cual tampoco le ayudaría en una hipotética selección de títulos.

 

Fragmentos del documental (7)

Una adolescencia marcada por Gila, los Monthy Pyton y Faemnio Cansado, tenía que dejar impronta en un humor especial, difícil de digerir a veces y en una narración surrealista, muchas más. En la historia hay muchísimas referencias musicales, más de 500, algunas muy explícitas y otras muy subliminales y cualquier momento es aceptado para hacer un paréntesis en la narración. La mención de una ametralladora desencadena ese interludio en mitad de un campeonato de billar.


El making off (2)

Si hubiera sabido lo que me iba a costar terminarlo no habría empezado.  Es más, creo que el borrador que estaba en el fondo de un último cajón habría terminado en la hoguera de San Juan.

Se ha echo muy duro pasar por el texto, después de dos correcciones, y ver que aún tenía más agujeros que un rallador de queso.  Los obsesivos perfeccionistas lo tenemos muy mal en ese sentido.


Fragmentos del documental (6)

Los portugueses son gente muy agradable, pero el narrador no coincide con nosotros. De vez e cuando se le escapan algunos ramalazos de lusofobia. Nuestros vecinos le sabrán perdonar, aunque no pensamos que les importe demasiado. Ni al prota.



Fragmentos del documental (5)

La novela contiene decenas de referencias musicales, casi una banda sonora de la que haremos una playlist en Spotify. Esto era arriesgado porque hay gente a la que la música se la chufla o se la va a chuflar la que escogí, que es la que a mí me gusta y no es mayoritaria. Siempre pueden ignorarlas, el relato no se resentirá por ello. Pero hacer inmersión en ellas enriquece las escenas y hay algunas que son pura música, hay tres capítulos que pivotan alrededor de un concierto de The Waterboys y tres más que suceden en un FIB (Festival Internacional de Benicàssim). Si alguien siente curiosidad por el tipo de música que escucho, se puede pasar por el blog de las sesiones o por mi Mixcloud, aunque lo del FIB es buena pista.  

En el leer más pegué el inicio de un capítulo en el que hay una boda. Las letras que están en inglés van traducidas al final de cada capítulo, espero que los autores sepan perdonarme.



El Making-off (1)

Escribí el primer párrafo de Un documental de cebras en enero de 2008. A lo largo de ese mes terminé de contar la anécdota que dio origen a la novela (Si alguien no leyó la entrada, puede hacerlo desde aquí). Estaba bien para un libro de relatos cortos, pero tenía el problema que un libro de relatos requiere de varios de ellos. Como todo lo que se me iba ocurriendo estaba relacionado con el primero, me dediqué a compilar notas y más notas con ideas, anécdotas de bar que me apropié, avisando a quien me la contara de que la iba a fusilar en una novela.

Fragmentos del documental (4)

Las drogas son muy recurrentes, en el documental. Se usan, se abusa de ellas y se comercia de varias formas. En el fondo, son el apoyo para la reflexión sobre dónde están nuestros límites y como los estiramos hacia un lado u otro según nos conviene, para autojustificarnos. A pesar de que se describen muchas experiencias placenteras, como la del fragmento de hoy, el mensaje es el mismo; muchísimo cuidado con ellas porque la frontera entre Finlandia y Rusia está muy difusa, en invierno.



Fragmentos del documental (3)

Meterte campo a través, corriendo por el monte puede resultar un desastre para tus piernas. El hambre y los arañazos no son muy compatibles.


Fragmentos del documental (2)

Un domingo por la tarde puede ser un espacio de tiempo horrible, dependiendo de como haya ido el sábado por la noche. Si añades el viernes, el asunto se puede volver tragedia. En el fragmento de hoy, nuestro protagonista  está pasando por una tarde de esas.


Fragmentos del documental (1)

La introducción del relato es toda una declaración de principios y explica por donde irán los tiros. Literal y metafóricamente. Para que no sea demasiado spoiler, hemos puesto los primeros párrafos. Para verlos, sólo hay que darle al leer más de debajo de la foto.

Consejos para escritores novatos (1)

Un experto es alguien que ha cometido todos los errores posibles en un campo o materia. La búsqueda de la excelencia conlleva eso, constantes equivocaciones que cuestan tiempo y dinero. La perseverancia en la práctica es lo que, al final, te convierte en maestro para poder sentar cátedra (hay algunas excepciones; el suicidio, por ejemplo). Aún estando a años luz de la maestría como escritor, ya he cometido unos cuantos errores que puedo contar, para que otros que quieran embarcarse en la aventura de escribir un libro no caigan en ellos. Por eso encontrarán pocos consejos en positivo, "Haz..." y si bastantes disuasiones; "No hagas...". Todas serán por experiencia propia.

El origen del documental

la semilla de Un documental de cebras la plantó mi estimadísimo Toni Guirado (DEP), las Navidades de 2008 o 2009, no podría precisar con exactitud. Recordábamos una peripecia que vivimos y todas las circunstancias que la originaron, la envolvieron y le sucedieron y pronunció las palabras mágicas; "Tú que escribes bien -sic- deberías escribir un libro contándola". Aparte de que no habría dado más que para un relato corto, quince o veinte páginas, sé que no escribo bien, mi estilo es demasiado heterodoxo como para llamarle ni siquiera "estilo". Pero me animé porque a algunas personas les gusta la forma que tengo de contar las cosas, aunque el paso de hacerlo de viva voz a ponerla con letras, palabras, frases y párrafos no tiene nada que ver.  Igual por eso me ha llevado 12 años darle forma.

Calentando motores

Estamos en la segunda corrección del texto.  A partir del 26 de abril iremos publicando un fragmento diario sobre el relato, mientras terminamos de tachar palabrotas -sólo algunas- y poner puntos y guiones, con el fin de que la mancha de texto no haga sangrar los ojos de quien lo lea. Que la sangre no impida la lectura. A lo sumo, que salpique nivel estigma.

Sinopsis de "Un documental de cebras"

Las probabilidades de que  el Avó y Armando entablaran una conversación más allá de una mesa de billar americano eran cercanas a cero, pero la vida tiene curiosos giros para desmontar esa ley de probabilidades y ambos terminarán entablando una profunda amistad.  Nuno, acuciado por las deudas, decide meterse en el tráfico de cocaína y,  al igual que cuando era panadero, su obsesión pasará por ofrecer el mejor producto a sus clientes.  Armando, el narrador de estos diez años de su vida,  parece tener un imán que le arrastra al lado oscuro de la vida. Cuando transita por él es cuando mejor le salen las cosas y cada vez que intenta llevar una vida normal, según los cánones tradicionales, todo se vuelve en su contra para que acabe cruzando esa difusa frontera que hay entre la nieve rusa y la finlandesa.  Si se dan las circunstancias adecuadas, cualquier persona es capaz de hacer lo impensable.   

La vida se presenta en muchos colores y Un documental de cebras contiene todas las tonalidades de la paleta. Es una novela negra como el alma de algunos de sus protagonistas;  como el abismo  al que se asoma constantemente el narrador, como la noche, cómplice de tantos actos ocultos a la vista del resto de los mortales.  Es blanca, porque blanco es el color de la cocaína y del alma de los espíritus puros y de los guerreros de luz. Es amarilla chisme y amarilla exceso, el que provoca la ictericia que tiñe las córneas de aquellos cuyo hígado está en constante sobresfuerzo.  Algunas páginas se tintan del rojo carmín de los besos alquilados y otras de la sangre escarlata que derraman los culpables que pagan pecados y los inocentes que estaban en un lugar equivocado.  La novel se mancha del escarlata de la vergüenza y del carmesí de los balances en rojo que empujan al precipicio. Tiene su lado rosado, porque rosa es el amor, la energía más poderosa del universo, y del amaranto al coral fluctúa el sexo que mueve el mundo. Es verde como el tapete de los billares y el que se usa en las partidas de cartas, como los paisajes de Galicia y la esperanza, porque sin esperanza sólo te queda el suicidio.

Pero si un sólo color tiene que definir el relato, ese es el gris: el ceniciento de la pólvora, el metalizado de cuchillos, el plomizo de los días del invierno gallego, el antracita de las horas sin día y sin luna, todos se funden en uno, el que define el futuro de la mayoría de los personajes: un gris muy oscuro.